12 mar 2017

El hombre de hoy considerado como "recurso"



En pleno tiempo penitencial, nos obsequiaba InfoCatólica el pasado 11 Mar. 2017 (sábado de las Cuatro Témporas de Cuaresma [MR 1962] / sábado de la I Semana de Cuaresma [MR 2008]), con el artículo "STEVE MOSHER, PRESIDENTE DEL «POPULATION RESEARCH INSTITUTE»", en el que se nos alecciona que "El líder pro-vida reacciona ante defensores del control de la población y el aborto que hablan en la conferencia del Vaticano" y se nos ilustra que "«Estoy sin palabras» afirma líder provida".

En el cuerpo del artículo InfoCatólica parece hacer suya la afirmación de Mosher según la cual Mons. Marcelo Sánchez Sorondo, Canciller de la Pontificia Academia de Ciencias y la Pontificia Academia de Ciencias Sociales, «no tiene idea de cómo se debe ejecutar una economía. No tiene idea de que una próspera economía de mercado libre necesita gente, y que la gente es el recurso último - el recurso del que uno no puede prescindir»...

Desgraciadamente este comportamiento ya no causa sorpresa en un medio cuyos artículos hacen befa de la sangre congoleña (Bruno Moreno, 10 Mar. 17) o "de la indefensión en que viven los inmigrantes" (Pedro Luis Llera, 11 Mar. 17), auténticos "pecados que claman al cielo" como nos recuerda el Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1867.

InfoCatólica añade que según Mosher, "esta conferencia [del Vaticano] «nos lleva muy lejos de los puntos de vista del Papa Juan Pablo II y las opiniones del Papa Benedicto»". 

Detengámonos a examinar cuál es en realidad el magisterio (que no punto de vista u opinión), de Benedicto XVI al respecto, y formemos un juicio sobre quién se aleja más de él:

EL HOMBRE DE HOY ES CONSIDERADO EN CLAVE BIOLÓGICA O COMO "CAPITAL HUMANO", "RECURSO", PARTE DE UN ENGRANAJE PRODUCTIVO Y FINANCIERO QUE LO SUPERA

Ciudad del Vaticano, 03 Dic. 2012 (VIS).- El Santo Padre ha recibido hoy a la Plenaria del Pontificio Consejo Justicia y Paz, y les ha dirigido un Discurso.

El hombre de hoy, afirmó Benedicto XVI, "es considerado en clave predominantemente biológica o como "capital humano", "recurso", parte de un engranaje productivo y financiero que lo supera. Si, por un lado se sigue proclamando la dignidad de la persona, por otro nuevas ideologías - como la hedonista y egoísta de los derechos sexuales y reproductivos o la de un capitalismo financiero sin límites, que prevalece sobre la política y deconstruye la economía real - ayudan a considerar el empleado y su trabajo como bienes "menores" y a socavar los fundamentos naturales de la sociedad, especialmente la familia. 

En realidad, el ser humano es constitutivamente trascendente respecto a los demás seres y bienes terrenales, y goza de una verdadera primacía que lo hace responsable de sí mismo y de la creación. Para el cristianismo, el trabajo es un bien fundamental del hombre, en vista de su personalización, su socialización, la formación de una familia, la contribución al bien común y a la paz. Por este motivo, el objetivo del acceso al trabajo para todos es siempre una prioridad, incluso en tiempos de recesión económica".

"De una nueva evangelización de lo social, continuó el Santo Padre, puede derivar un nuevo humanismo y un compromiso renovado cultural y proyectual". La nueva evangelización "ayuda a destronar a los ídolos modernos, a reemplazar el individualismo, el consumismo materialista y la tecnocracia con la cultura de la fraternidad y la gratuidad, del amor solidario. Jesucristo resume y da cumplimiento a los preceptos con un mandamiento nuevo: "[Ut diligatis invicem; sicut dilexi vos, ut et vos diligatis invicem] Como yo os he amado, amaos también unos a otros" (Io 13, 34), y aquí está el secreto de toda vida social plenamente humana y pacífica, así como de la renovación de la política y de las instituciones nacionales y mundiales.

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Hasta aquí el Papa Benedicto XVI. Parafraseando a un santo canonizado el siglo pasado, cuando bullen estas gentes, "haciendo cabeza" de manifestaciones de info-ortodoxia, se sienten ganas de decirles:

¡Por favor, tengan la bondad de ser menos católicos!